Acariciando el mar, Sitges 24/12/2017.©Jordi Ysàs
…y enmudecí.
Perdóname sino te sonreí más
Perdóname sino te conté más
Perdóname si de repente enmudecí
Y el silenció se cernió.
Como las noches sin Sol
Los mediodías sin estrellas
Los cielos sin nubes
Y el Mar, sin ningún amanecer.
Perdóname sino te sonreí más
Perdóname sino te conté más
Cómo la fría escarcha que hiela los brotes más tiernos
en espera que retorne la calidez de las caricias en lechos soleados.
Perdóname sino te sonreí más
Cómo las gaviotas que reposan agotas por su vuelo acrobático
Cómo el pez que busca fuera del agua lo que no encuentra en su interior
Y así fue como no te conté, ni te sonreí y enmudecí.
Porque en cada atardecer sentí el morir,
Y al despertar encontré que el amor estaba lejos, muy lejos
Y la noche se cernió sin luz, sin estrellas, sin Sol.
Y sentí día a día, noche a noche, morir
Tantas y tantas veces hasta olvidar.
Y sentir el marchitar de las lágrimas saladas que recorren las mejillas
Hasta ser sórdidas dulcemente como las mieles aromáticas de las primaveras soleadas.
Así sentí morir, tantas y tantas veces hasta enmudecer
Hasta dejar de buscar
Hasta dejar de encontrar
Cómo el ave abatida en pleno vuelo
Con las alas plegadas
Y la mirada llena de océano
Donde las pupilas brillan
Cómo gotas de lluvia
Porque su Ser clama
Volver a oír la cálida fragancia
El cálido aroma
El susurro en el oído de los amantes
El sí Cielo y dime Amor
Qué llena de gozo
Qué llena de plenitud
Qué llena de amor.
Perdóname si por todo ello
No te sonreí más, no te conté más y enmudecí
©Jordi Ysàs
…y enmudecí.
Fragmento: El primer amanecer
08-12-2017
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